Recitación de fragmentos de Le donne di Messina (1949) de Elio Vittorini por actores no profesionales. La película puede parecer un desprecio al cine, a la literatura y a la vida, pero es tal vez el film más extremo y provocativo de los Straub por las voces, los rostros y las actuaciones que fuerzan al espectador al límite de lo soportable. En el fondo lo que cuestiona y deja al descubierto es lo ridículo e inservible de la noción habitual de autor en el cine al reducir la planificación, los movimientos de cámara y el montaje al límite de lo insignificante.