Drama erótico en el que un director de cine hace un casting para un film que se propone explorar la relación entre el placer y el tabú en Paris. Basado en la propia experiencia de Brisseau. Más allá del tono confesional y la visión parcial del asunto (el director fue acusado y condenado por acoso sexual), el film es la crónica de la derrota de la representación del sexo en cine (que nunca puede asumir totalmente sus consecuencias). Brisseau acierta en el tono lascivo de las escenas de sexo que tienen cierto crescendo y en la inclusión de los ángeles para desviar la atención. Allí radica su genio.