Comedia dramática en la que un actor con dos novias debe enfrentar la situación cuando ellas se enteran en su departamento de New York. Sin duda que la premisa daba más para una farsa o una sátira. Pero Toback se lo toma muy en serio y allí aparecen los baches de la propuesta. Hay que reconocer que las actuaciones están muy bien, el dibujo de los personajes es convincente, la situación es atractiva y la ambientación es apropiada. Pero el film es incapaz de superar estos postulados. Porque más allá de la glorificación que hace del machista sensible, una escenita de sexo inofensiva y las tendencias lésbicas de una de las chicas, el principal problema es la falta de atractivo de la resolución del conflicto. Allí aparecen los diálogos que pretenden ser inteligentes del tipo “tal vez no somos hechos para la monogamia”, las referencias innecesarias a la nouvelle vague con el poster de Jules et Jim (1962) y la tragedia para reivindicar al protagonista (la muerte de su madre). Es como si los personajes, las situaciones y los diálogos sólo fueran modelos vacíos de algo que puede pasar pero no está pasando. Toback trata de recuperar el camino en el circuito indie de la década de 1990. Sus limitaciones son las mismas.