Drama criminal en el que un colector de la mafia se prepara para una audición como pianista en New York. Las ambiciones de la propuesta como estudio de personaje, juego de contrastes y definición de la masculinidad todavía están muy por encima del talento visual de James Toback. Aún así la película es capaz de plasmar la desconexión del protagonista con el ambiente que lo rodea (a partir del hecho de que está constantemente escuchando música) y de incluir un par de efectivas escenas de sexo para entusiasmar a los buscadores de joyas morbosas.