Drama en el que un padre hace un viaje con su hija de 10 años durante un fin de semana por el sur de Francia y España. Doillon continua explorando la espontaneidad de las niñas actrices y los vínculos de la intimidad más próxima. Ahora con una puesta en escena más flexible y la incorporación de una cámara de video con las que los protagonistas graban su viaje. Más allá de los momentos compartidos y la apertura al juego y a la representación, hay una zona oscura y misteriosa de la crueldad y de la comunicación.