Cuarto capítulo del arquitecto vengador. Esta vez eliminando bandas de narcotraficantes en Los Angeles a causa de la sobredosis que sufrió la hija de su novia. Resulta imperdible los one liners de Bronson y la pesadilla del prólogo. Pese a que los personajes son una caricatura burda la película no deja de ser disfrutable. El giro final de la resolución rehúsa del happy end. El protagonista sigue perseguido por la fatalidad.