Aventura en la que un cazador de fortunas y la hija de un antropólogo buscan un tesoro en África en la década del 1900. Ni el sentido del humor en el retrato de los nativos y villanos o el ritmo de la acción (acompañado de vergonzosos efectos especiales) están a la altura de las dimensiones del producto en cuanto a cantidad de extras y rodaje en locaciones reales. La película no es más que un exploit caro (y sin gracia) de Raiders of the Lost Ark (1981) y Romancing the Stone (1984).