Drama en el que la esposa atrapada de un terrateniente intenta envenenar a su marido en su casa de campo. Franju hace un excelente uso de la voz en off del narrador, de manera tal que la protagonista parece ausente en cada escena, para establecer el tono emocional del relato y llevar el melodrama a las fronteras del horror. Las soluciones de la puesta en escena marcan esas fugas hacia lo fantástico: la protagonista y su futura cuñada mirando al mar, la boda con su rostro aterrado (parece más un funeral), la ventana que se abre mientras ella está postrada en la cama y la espera de los familiares de la aparición del cadáver. Y logran resumir la naturaleza trágica de la historia.