Policial en el que unos herederos no pueden encontrar el cadáver del tío fallecido en un castillo de Bretaña. Georges Franju entra en la dinámica del gótico, el cuento de misterio, el suspenso y el body count. Pero con un humor negro distanciador que rompe todo realismo. Igualmente encontramos simbolismos vagos como las aves y una naturaleza surreal de las imágenes. Aunque los personajes nunca logran establecerse.