Drama criminal en el que un joven motociclista es puesto en un hospital psiquiátrico por su padre en Paris. Georges Franju muestra su habilidad para sugerir lo fantástico en el más seco realismo, para manejar las coordenadas del film noir, para dibujar personajes fascinantes desde lo puramente visual y para encontrar imágenes de vuelo poético. Lástima que su cine inclasificable haya surgido fuera de tiempo y lugar, en Francia durante la nouvelle vague, para ser apreciado tal como se merecía.