Cuento de terror y ciencia ficción en la que un científico que hace experimentos con la transportación comete un error y a partir de allí sufre cambios en la personalidad y el físico que lo transforman en una mosca en Toronto. Remake de The Fly (1958). El desarrollo pausado de la película no coincide con la estética del terror contemporáneo. Tampoco hay muertes, aunque sí una pesadilla. Pero David Cronenberg le da al film una consistencia dramática simple y efectiva, pese a la repelente Geena Davis. El terror progresivo va construyéndose con las apariciones cada vez más decadentes del protagonista hasta llegar al momento cumbre de una monstruosidad sin límites imaginados y un concepto kafkiano de la pérdida total de la identidad.