Thriller en el que dos estudiantes universitarios cometen un asesinato perfecto para demostrar su superioridad y dan una fiesta en un departamento de New York con el cadáver escondido debajo de la mesa. Adaptación de la obra teatral de Patrick Hamilton. Más allá del prodigio técnico de utilizar apenas diez planos en 80 minutos, los calculados movimientos de cámara dan a la película un fluir natural del tiempo y un dominio prácticamente total del espacio. Alfred Hitchcock acierta en el retrato de la intelectualidad de la época con referencias a Nietzsche y Freud.