Drama en el que una familia de campesinos bretones vive en la misma casa durante la década de 1910. Chabrol abandona sus thrillers y crímenes burgueses para adaptar las memorias de Pierre-Jakez Helias que relatan la vida de una comunidad bretona a principios del siglo XX. Es su película más reposada, serena y bucólica. La mayoría de las escenas son simples viñetas cotidianas de una época tan lejana en el tiempo como cercana en sus costumbres. La ocasional voz en off del narrador no es ni intrusiva ni molesta, sino que se adapta al tono expositivo del film. Ocasionalmente alguna pincelada de humor con el sello de Chabrol aparece (el hombre que vuelve de la muerte por frío calentándose al lado de la chimenea).