Policial erótico en el que una chica acusada del asesinato de una compañera de departamento es encerrada en un convento en Francia. Alain Robbe-Grillet busca destruir el prestigio de sus films de la década de 1960 con una película repleta de desnudos, sadomasoquismo y escenas de sexo. Si bien la trama es más lineal que de costumbre y hay cierta frialdad a la hora de presentar la violencia, el producto resulta visualmente impecable en el uso del color, los primeros planos y la abstracción de las imágenes.