Melodrama en el que un mimo, una actriz, un actor y un ladrón se encuentran en los teatros de Paris de la década de 1830. Marcel Carné aprovecha una impresionante reconstrucción de época en estudios, las más de tres horas de duración del film, la evolución en el retrato de los personajes para establecer un puente entre la vida y el arte. Sin embargo algunas actuaciones conservan vicios teatrales y los diálogos de la segunda parte se vuelven demasiado autorreflexivos. Tragedia a medias.