Policial en el que un detective de Bruselas sigue a una asesina por Montreal, Suiza e Italia. Claude Miller toma un material difícil, la novela de Marc Behm The Eye of the Beholder (1980), y lo adapta de la major forma. Sin victimizar la pérdida y con un voyeurismo compartido Evita el retrato de un protagonista desagradablela y falta de variantes pasada la mitad del relato. En consecuencia, los estilismos funcionan con la frialdad de la violencia y el manierismo alcanza la autorreferencialidad de Robbe-Grillet.