Cuento de ciencia ficción en el que un hombre con una imagen recurrente es sometido a un experimento de viajes en el tiempo en Paris luego de la tercera guerra mundial. A partir de fotos fijas y un narrador en off, Chris Marker hace un fascinante cruce romántico entre la ficción, el documental y la animación. La ilusión es que las imágenes crean la historia más que la ilustran.