Drama criminal en el que un adolescente negro consigue el arma de un líder de una pandilla en New York. Adaptación de la novela de Warren Miller y la obra de Robert Rossen. Shirley Clarke llega al realismo cinematográfico por otro lado: el uso de la voz en off en constante movimiento. La música de jazz aprovecha las limitaciones de espacio, tiempo e historia para lograr una hipnótica coreografía de cuerpos y deseo.