Historia de amor sobrenatural de un adolescente amante de los libros y una chica perteneciente a una familia de brujas en Carolina del Sur poco antes que ella cumpla 16 años y se someta a un ritual de iniciación. Luego de hacer bien los deberes para Hollywood con Freedom Writers (2007) y P.S. I Love You (2007), Richard LaGravenese tiene la oportunidad de iniciar una nueva franquicia para el mercado de jóvenes adultos. Si la referencia ineludible es Twilight (2008), historia de amor con sustrato fantástico, rápidamente se despega del aire a telenovela. Ya sea por el buen trabajo de las escenas de la pareja protagonista, un par de actores veteranos que saben de que va el asunto, cierta ironía y sentido del humor que se cuelan, las referencias literarias que circulan o el provecho que saca la fotografía de color sureño, la película es una especie de pastiche que por dos tercios de su duración resulta entretenido. El problema es que el vuelo de la trama es demasiado corto, la última media hora carece de gracia y, llegado el momento, no puede tomarse en serio tampoco. Los pobres resultados en la taquilla es muy probable que nos ahorren secuelas. Sólo por eso es para festejar.