Cuento de terror en el que dos vampiras tratan de establecerse en una ciudad costera de Gran Bretaña. Parece que Neil Jordan tiene una particular habilidad para las historias de vampiros (o el género de terror en general), porque después de muchos trabajos anodinos o decididamente fallidos entrega su mejor película en años. Es muy difícil hacer algo original en el subgénero del vampirismo sin despegarse mucho de sus raíces góticas. Cierto que mucho tiene que ver el guión de Moira Buffini (basado en su propia obra de teatro). Es una historia que reúne muchos elementos (un drama familiar, algunas desviaciones de los mitos habituales, una trama de supervivencia, una historia de amor, el trasfondo histórico de una secta, un comentario feminista). Jordan es capaz de ensamblarlas todas. Y a diferencia de Interview with the Vampire (1994) no queda atado en su propia mitología ni su poca imaginación. La referencia a Dracula: Prince of Darkness (1966) un pase televisivo denotan la influencia atemporal de la Hammer. Pero la historia que cuenta Byzantium es el presente de la especie humana: el hotel convertido en burdel, el pañuelo cubierto con sangre, la imagen de la montaña bañada de rojo. El único reparo es el pobre uso de los flashbacks, aunque con el tiempo empiezan a cobrar forma.