Comedia dramática en la que un reparador de televisores que trabaja en la industria audiovisual francesa es reclutado para el servicio militar en Paris. El viaje, el movimiento, la juventud, la nouvelle vague que sin saberlo llegaba a su madurez y esplendor. Jacques Rozier no es un director que haya tenido la suerte de sus compañeros generacionales, tal vez porque su trabajo era aún más crudo, improvisado y guiado por el azar que los de más conocidos representantes de la nouvelle vague. Pero allí yace el atractivo de su film, una historia anecdótica y prácticamente inexistente, pero con el trasfondo de la guerra de Argelia que no pasa a primer plano en ningún momento, una indefinición genérica que se ajusta a las indecisiones e impulsos de sus personajes y algunos momentos absolutamente inolvidables sólo por lo espontáneo, repentino e inmediato de su aparición y solución.