Policial en el que un carpintero mata a un miembro de una banda de delincuentes por una mujer en Paris en la década de 1890. Jacques Becker es capaz de integrar una historia de amor atípica a una trama policial convencional y un retrato del mundo del crimen a la reconstrucción de época. La puesta en escena se construye en cada plano. A partir de una de las máximas de Alfred Hitchcock, filmar las escenas de amor como crímenes y viceversa, y de un travelling frontal hacia una mujer parada como perdición amorosa (un recurso que nunca dejó de notar Truffaut), la nouvelle ya estaba a la vuelta de la esquina.