Cuento de terror en el que un doctor secuestra mujeres y las inyecta con sangre de gorila en Paris en 1845. Florey toma el cuento de Edgar Allan Poe y lo lleva al terreno de los monstruos de la Universal de la década de 1930. La operación funciona porque la fotografía expresionista de Karl Freund se luce en todo momento y la historia adquiere tonos de pesadilla surrealista. El misterio sobre la identidad del asesino no tiene lugar en esta trama habida cuenta de lo conocido que es relato original, pero aun así recurre al brutal doble asesinato del cuento desde otro punto de vista narrativo.