Drama criminal en el que una adolescente es confinada a un reformatorio para enderezar su conducta en California. Aime Graham muestra todo su temperamento e irascibilidad desde la primera escena en que Paul Le Mat la pasa a buscar por su casa en el auto y se mete para desafiar al padre borracho. La película tiene algunas alegres escenas rompedoras del canon televisivo de decencia de la época, además de las duchas vaporosas: el test psicológico en la oficina del psiquiatra que insiste en presentarse como un amigo, la hermana menor niña que se queda en casa también un día poco tiempo después se sube al convertible de Le Mat para ir a un parque de diversiones con la excusa de averiguar su paradero y la carrera durante la competencia final de en la pista de atletismo del internado. La ausencia de la madre y la temporalidad de la historia a nadie parece importarle, ni siquiera a la propia protagonista. Kaplan muestra su experiencia en el subgénero de mujeres en prisión, aunque más no sea por hacer este tipo de películas femeninas recién a principios de la década de 1970.