Drama en el que un niño que vive con su hermana roba pares de esquís en un centro turístico de Suiza. A mitad de camino de los Dardenne y la belga Chantal Akerman, Ursula Meier continúa indagando en la idea de la familia y el trabajo desde perspectivas geográficas poco comunes. El refinamiento estético por momentos acerca la película al cuento de hadas. A partir de la gran actuación de la pareja protagonista, el provecho que saca de la ambientación, las explosiones de cuerdas de la banda sonora de John Parish y la fría referencia a Pickpocket (1959), expande las virtudes de su ópera prima hacia otro terreno. Si bien la revelación a mitad de camino del guión estira el melodrama hacia el pasado, la complejidad del vínculo sanguíneo de la pareja protagonista ya estaba planteada en la primera escena. Aun así, la imagen del ferri cruzándose respeta la naturaleza abierta de la resolución. Meier da otro paso adelante y empieza a delinear su estilo con más seguridad.