Melodrama en el que el empleado latino de un estacionamiento roba un auto para salir con una chica rica en Los Angeles en la década de 1950. Sin duda que la torpeza del guión y la pésima dirección de actores ayudan a reproducir el espíritu del original, de no ser por las escenas de sexo pacatas con la misma ejecución. Con Lambert nunca se sabrá si es consciente o inconsciente, pero tiene un gen que la acerca a David Lynch: la inocencia perdida de la década de 1950.