The Girl Can’t Help It (1956)

Comedia en la que un mafioso le encarga a un agente de artistas convertir en una estrella de la música a su novia bomba sexual en New York. La película carece del ritmo vertiginoso de las anteriores adaptaciones teatrales de Tashlin. El uso del color y el cinemascope está en función de mostrar una serie de cantantes y músicos que retratan la aparición del rock & roll. Jayne Mansfield es una bomba sexual platinada con alma de ama de casa salida de la más perversa fantasía masculina. Julie London aparece interpretándose a sí misma cantando “Cry Me a River” en los sueños del protagonista.