Drama en el que un niño busca la casa de un compañero de escuela para devolverle el cuaderno de deberes en Koker. Kiarostami aprovecha la mínima excusa argumental para recorrer los espacios con total libertad, adueñarse del tiempo narrativo, bordear los límites del cuento de hadas y bucear en las profundidades del neorrealismo (aunque a veces demasiado cerca de De Sica).