Drama en el que una joven con esclerosis múltiple hace una peregrinación hacia Lourdes, al sur de Francia. A partir de un estilo casi documental, la distancia justa al evento y los personajes, leve, sutil ironía, Jessica Hausner va acercándose al núcleo de la trama. En el camino describe la calma, la ritualización del evento y lo ceremonioso como una pantalla: el egoísmo, la angustia, la hipocresía no tardan en manifestarse. Pero como el rostro de Sylvie Testud, la utilización de la paleta de colores en la puesta en escena es lo que da al film todo el poder emotivo, especialmente en la resolución.