Comedia dramática en la que una directora de películas eróticas hace una en la que la pareja protagonista no se lleva bien en Francia. Especie de confesión autobiográfica y recreación del detrás de escena de su cine, el film es un producto menor en la obra de Breillat. Para ser una comedia tiene una mirada demasiado fría e intelectual, para ser un film erótico rompe con todo clima y atmósfera, para ser una reflexión sobre el cine es demasiado chica y marginal y para hacer un análisis sobre la representación del sexo en la pantalla, muy pesimista. Si bien tiene algo de desmitificador sobre el compromiso de los actores, las dificultades y los preparativos de las escenas de sexo. La película termina convirtiéndose en un recital de oneliners de la protagonista directora sobre el sexo, el cine y los hombres con nula profundización de su personaje, y en una sucesión de chistes sin gracia y humor sobre el actor y su pene erecto artificial. Del film dentro del film sólo quedan algunas situaciones sacadas de À ma soeur (2001), los habituales problemas de rodaje con la luz y los ensayos, como en La nuit américaine (1973) y una historia de amor y sexo sin pasión ni sentimiento. Sólo en la escena final hay algo de compasión y afección cuando la actriz llora y la protagonista la abraza. Tal vez era necesario este ejercicio de autoconsciencia y este cambio de aire hacia un terreno más liviano, pero Breillat busca otra cosa.