Western en el que un soldado sudista después de la guerra civil se va a vivir con una tribu de indios sioux en el noroeste de los Estados Unidos. El film se atreve a decir y mostrar cosas sobre la historia de su país que pocos siquiera han insinuado. Además, Fuller es capaz de demostrar su maestría como director en algunas escenas brillantes: el comienzo con el último disparo de la contienda, la charla con la madre antes de despedirse y la secuencia de acción de la corrida de la flecha. Al mismo tiempo que la iconografía patriótica yanqui nunca lució tan desagradable en una película. Un western revolucionario.