Comedia romántica en la que una madre soltera abandonada por su novio le subalquila un departamento a un actor en New York. Ross vuelve al terreno que mejor domina, es decir The Owl and the Pussycat (1970) y Play It Again, Sam (1972), ahora sí con guión original de Neil Simon. Si bien los actores y personajes se encuentran en un terreno propicio para la neurosis, la inestabilidad constante y la resolución ambigua, la propuesta arrastra sus problemas: condescendencia, diálogos ingeniosos, desfasaje de la acción.