Comedia dramática en la que el doble del presidente de los Estados Unidos se queda a cargo del puesto luego de un infarto del verdadero en Washington DC. Si bien premisa daba más para la sátira y hay apuntes que podrían considerarse críticos de la política USA, Reitman se queda en el esquema del personaje carismático fuera de su ámbito (Kevin Kline), un idealismo ingenuo fuera de época y una historia de amor carente de todo sustento. Tampoco hay tomarse en serio el asunto cuando el mal está representado en el jefe de gabinete Frank Langella y las reformas que propone, hechas en una libreta de ahorro hogareña.