Cuento de terror en el que cinco escritores se reúnen en la mansión de Lord Byron a fines del siglo XVIII. Punto de partida para una noche de sexo, monstruos y alucinaciones. La excusa argumental es mínima. Russell se interesa por el retrato de los personajes, sus miedos, obsesiones, frustraciones. A lo que agrega una particular imaginería visual (muñeca que hace striptease, ojos en vez de pezones, feto muerto, cuarto con las puertas cerradas).