Historia de amor platónico de un escultor francés y una mujer mayor polaca en los albores de la primera guerra mundial. El film indaga en la relación entre el arte y la guerra, a la vez que recuerdo de talentos perdidos. Pese a la intensidad y libertad de la historia, Russell no nos abruma con la extravagancia visual y simbólica de otras veces. Salvo en el final, con la exhibición y la lectura de la carta.