Comedia musical en la que un manager agente de una bailarina tiene celos de la pronta retirada de su pareja en New York. La reunión de Ginger Rogers y Fred Astaire diez años después y el cambio a MGM, con el color y la sofisticación da como resultado un musical diferente a los de la época de oro. No es nostálgico, apenas festivo. Pese a que originalmente el guión no estaba concebido para la reunión, la trama de la película resulta ideal porque el conflicto refleja el motivo la separación en la vida real. Los bailes son breves, pero el sólo hecho de verlos juntos cumple cualquier fantasía.