Comedia musical en la que un bailarín americano conoce a una modelo en Londres. Pese a un buen arranque (el salón inglés del silencio, la forma en que se conoce la pareja), la trama de la confusión de identidades y los desplazamientos geográficos de los personajes no se sostienen. El problema es que el esquema de la screwball comedy no termina de perfilarse en las comedias musicales. Las escenas de baile entre los dos son más bien breves. Esta vez Fred Astaire se luce con más números en solitario.