Comedia romántica policial en la que una camarera de Kansas se obsesiona con un actor de telenovela y va a buscarlo a Los Angeles. LaBute cambia los retratos de la crueldad burguesa americana por una comedia extraña que bordea lo fantástico. La propuesta se sostiene en la excelente actuación de Renée Zellweger que confunde la realidad con la ficción, la gran secuencia en la que conoce a su galán y lo toma como una broma y la inteligencia del guión que podría llevar el equívoco más lejos pero se contiene. La primera imagen del film de Betty mirando el programa es la misma imagen de dos mundos. Sin embargo, el resto de los personajes poco aportan (matones negros, periodistas, sheriff, actor, productora que buscan mejoras y aparecen al final) y en la resolución ella recupera la cordura, tiroteo en departamento mediante. Destacar eso sí la partitura de Rolf Kent, el leit motive se mimetiza con su búsqueda, y la fotografía de Jean-Yves Escoffer desbordante en colores. Pese a que la idea se pierde en varias líneas narrativas, Nurse Betty rescata la necesidad de fantasía en nuestras vidas, aunque se materialice en un mediocre programa de televisión.