Cuento fantástico en el que un antropólogo investiga a los dos últimos sobrevivientes de una tribu hablantes de una lengua muerta en la Patagonia. La particularidad de ese lenguaje es que aparentemente tiene una sola palabra. Ruiz continúa la senda experimental de The Territory (1981): fotografía repleta de colores, derivaciones horrorosas, personajes en estado de trance, la no conclusión de la historia. Minúsculo presupuesto y máximo de ideas.