Comedia en la que un ingeniero de una fábrica de autos hace un viaje por la carretera para presentar un nuevo modelo en una feria de Amsterdam. Uno de los secretos del humor de Tati es la utilización del sonido y la mirada a los objetos que le permiten inmiscuir al espectador en la escena y mantener la distancia de la comedia. Si bien en este caso juega contra la sensación de incomodad de la llegada a un destino que no se concreta nunca, hay secuencias inolvidables como el choque múltiple, un montaje a ritmo de rock progresivo y el embotellamiento final.