Drama en el que un periodista australiano es enviado como corresponsal a Indonesia en 1965. Weir evita el compromiso histórico y periodístico con la verdad: las entrevistas quedan en off, los anuncios están en inglés, los nativos hablan filipino. Se deja deducir por la belleza de las imágenes a través de una constante sensación de extrañamiento, desde la oscuridad de la puesta en escena y el narrador filosófico hasta Linda Hunt interpretando a un hombre.