Comedia dramática de ciencia ficción en la que las personas solteras van a buscar pareja por 45 días antes de convertirse en un animal de su preferencia en un hotel de Irlanda en un futuro cercano. Lanthimos se mete en el terreno de la fábula distópica. Pero su película habla sobre el presente, especialmente de los rituales de emparejamiento, el miedo a la soltería y la carencia. Las referencias a Kubrick no pueden faltar: el hotel, el baño, el uso de la música clásica, esos leves zooms. El problema de los planteos estéticos y filosóficos de Lanthimos es que su narración deviene demasiado discontinua. Da la impresión de que los personajes están rindiendo examen en todas las escenas. Por suerte cada tanto aparecen pinceladas de humor seco y absurdo para descomprimir. Sin llegar a ser una sátira hay algo del cine de Alexander Payne en ese humor cruel (la patada a la niña). La voz de la narradora se vuelve un poco intrusiva y molesta al principio, pero a mitad de camino se revela que pertenece un personaje importante en la segunda parte. El problema es que el film no abandona la solemnidad y la parte final queda un poco desbalanceada. La referencia a Fahrenheit 451 (1953) de Bradbury es maliciosa porque la sociedad que sobrevive aislada del régimen de emparejamientos tiene aún más restricciones.