Cuento de terror en el que un joven con poderes de vidente hereda una mansión en Mississippi. El comienzo del film es prometedor. El guión se toma un tiempo saludable para presentar a los personajes y la situación: una visita a un psiquiátrico, unas alucinaciones de muerte, un bebé a punto de nacer, una casa supuestamente inundada que no figura en los mapas. De esta manera crea una cierta mitología a lo Stephen King. Salva mantiene la concentración espacio temporal de la acción con un par de secuencias inspiradas. Unos zombis con hacha adornan el paisaje. Algo del fantasma de William Faulkner también se respira en el ambiente. Pero ya cuando ensaya una trama de demonios con un elegido a cuestas, el film pierde todo su eje. Para ser una película que se llama Dark House (Haunted era el título previsto), muy poca acción se desarrolla en la casa.