Cuento de terror en el que una conductora de un programa de radio se muda a la casa de su padre muerto y es acosada por el repartidor de periódicos del barrio en un suburbio de California. La película arranca con el peor escenario posible. Algo de los thrillers reaccionarios en los que un conductor de radio es acosado por un fan viene a la mente (Play Misty for Me (1971), por ejemplo). Incluso ya se hizo una película en la década de 1990 con una premisa similar, The Paper Boy (1994). Pero es en su tozudez para sostener ese planteo y en las pocas explicaciones que da sobre la naturaleza de la amenaza que el film encuentra algunos valores rescatables. El miedo que genera la simple alteración de los adornos en la mesa de la casa del living, la facilidad con que el joven se mete en la casa, la extraña escena en la que la protagonista sigue al repartidor a lo que ella cree que es su casa. La locación de la película nunca está del todo explicitada, lo que ayuda a descentralizar aún más las certezas.