Drama en el que una familia se desmorona en un pueblo de Mississippi. Adaptación de la novela de William Faulkner. Los adaptadores obviamente suprimieron los dos primeros capítulos de la novela y se quedaron con los sucesos del tercer y cuarto capítulo. Pero el relato se queda atrapado en una sola nota, la conflictiva relación de tintes incestuosos del tío y la sobrina. En ese sentido, la decisión que traer al personaje de la madre no parece la más feliz. Cuando película comienza, tiene cierta dinámica de serie de televisión: “Otro día en la vida de los Compson”. Al film lo atraviesa un aire muy Tennessee Williams con algo de camp y de los melodramas en color de Douglas Sirk. La ambientación temporal del relato no está del todo situada. Si bien no se ven televisores, los automóviles no lucen de la década de 1920. El gran acierto es la inclusión de Yul Brinner como el hermano mayor convertido en patriarca de la familia. El talante naturalista de su actuación conecta mejor con las raíces literarias de Faulkner y da una idea de lo que la película podría haber sido sin un acercamiento tan acartonado. Pero su personaje queda un poco desdibujado por el decoro.