Mezcla de melodrama y film noir en el que una chica de apariencia ingenua pero en el fondo manipuladora se muda con su prima y se relaciona con sus amigos en San Francisco. Nicholas Ray es el director más moderno en la época dorada de Hollywood. Y si no lo creen vean la distancia que toma de la historia, la ironía y el sentido de humor subterráneo que cuela al material y convierte a sus películas en atemporales. Sin recurrir nunca al tono declamativo o a los “grandes momentos” resuelve el final con una escalofriante simpleza: las relaciones humanas reducidas a un valor del mercado.