Drama en el que una escuela para señoritas da refugio a un soldado yankee herido durante la guerra civil en Virginia en 1864. Nueva adaptación de la novela de Thomas Cullinan ya llevada al cine por Don Siegel en 1971. Luego de los resultados poco satisfactorios de The Bling Ring (2013), Sofia Coppola opta por un material un poco más acorde a su sensibilidad. La referencia gótica sureña siempre estuvo latente en su filmografía y aquí trata de sacarle provecho. De hecho su primer cortometraje, Lick the Star (1998), comparte algunos puntos en común con este. La gracia del original era ver a la figura de macho de Clint Eastwood a merced de un grupo de mujeres, pero aquí no se trata de eso. Pese a que las acciones y los personajes son prácticamente los mismos en las dos versiones, el film de Coppola está más narrado desde el punto de vista de las mujeres. El retrato del mundo femenino se deja ver en la manera que las chicas se arreglan ante la presencia de un hombre en la casa o en la forma en que pronuncian su nombre. Aun así, hay una violencia latente de los dos lados. Hay una hostilidad que en ningún momento desaparece. Tal vez porque el personaje de la directora de la escuela tiene rasgos más autoritarios o porque está interpretado por una Nicole Kidman cada vez más terrorífica. De allí que se produzca un desbalance cuando el enfrentamiento se desata que hace menos shoqueante la resolución. La comparación de los dos films también permite ver lo poco iluminadas que son las películas en la actualidad. Los tonos rosados y anaranjados son subrayados en la fotografía, pero la mayoría de las escenas están filmadas en penumbras.