Psycho thriller de animación en el que una popular cantante convertida en actriz es acosada por un fan obsesivo en Japón. Satoshi Kon realiza un fascinante ejercicio de cine de género que remite a la virulencia del giallo italiano, prefigura los laberintos de la mente del último David Lynch y recupera la imaginación desbordada del cine de terror japonés. La película muestra las posibilidades del cine de animación para tratar temas adultos: la naturaleza propia de las imágenes acentúa la visión alterada del mundo de la protagonista. El film bucea entre la confusión de la realidad y la ficción, las alucinaciones o apariciones de fantasmas y la materialización del pasado. De esta forma, el tema de lo aparente y lo real, la fragilidad de carácter de la protagonista y la presencia de lo urbano (trenes, departamentos) adquieren horrorosas resonancias. En cuanto al diseño visual, la simpleza y delicadez del trazo establece una fragilidad entre la figura y el fondo, la impresionante utilización de los colores destaca especialmente al rojo y la variedad de la configuración de los rostros de los personajes otorga un matiz inquietante. La inclusión un asesinato muy similar al de Profondo rosso (1975) es un claro homenaje al giallo. Perfect Blue es uno los mejores films de la década de 1990 y no solamente del cine de animación o del género de terror.