Cuento de terror en el que una pareja es acosada en su casa de vacaciones por tres psicópatas enmascarados en South Carolina. Más allá de tomar su inspiración en los crímenes del clan Manson de 1969, el planteo minimalista, la situación angustiante y la ausencia de explicaciones convierten a la película en una especie de remake encubierto de Ils (2006). Si bien Bertino no logra mantener el artificio hasta el final, The Strangers es un raro film de terror de Hollywood que tiene un concepto estético y visual: los leves movimientos de la cámara, los colores cálidos de la casa, el uso de la música diegética, la predilección de los silencios. Estos recursos funcionan a la perfección en la primera mitad para generar inquietud. La primera aparición en cámara de los asesinos con máscaras blancas es un momento escalofriante, pero el film abusa de ese recurso hasta quitarle efecto. Las posibilidades metafóricas sobre el fin del amor de la pareja y el retorno de lo reprimido quedan apenas insinuadas. La película se ubica en un punto intermedio entre el sadismo-tortura-gore de Eli Roth o Alexandre Aje y la manipulación psicológica de Haneke, si es que ese terreno es posible. En una comparación más rigurosa con Ils podemos decir que duraba 20 minutos menos, no visualizaba la amenaza hasta el final y no psicologizaba a los personajes. Aun así, en un panorama repleto de secuelas y remakes redundantes e innecesarios, The Strangers es una propuesta estimulante.