Comedia dramática en la que un detective privado apostador trata de rencontrarse con su ex esposa y su hijo en Japón. La referencia a Ozu ya es recurrente en Koreeda. Se deja ver en el tono distendido y la utilización de los planos almohada. El problema en este caso es que protagonista es un chanta querible que no genera ni compasión ni simpatía. Koreeda es el cineasta de la casa, de los abuelos y los niños. Los personajes adultos nunca han sido su fuerte. Sólo en la última parte la película cobra un poco de resonancia dramática a partir de la concentración espacio-temporal (los personajes se ven forzados a pasar la noche en la casa de la abuela ante la inminencia de una tormenta). La importancia y la recurrencia de la cocina en los films de Koreeda, de los films en los que la comida se está cocinando, de alguna forma definen su propuesta narrativa. Lástima que a veces el plato no es tan sabroso en relación el tiempo empleado para prepararlo.